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Los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer, y él respondió: «Es mi hermana»;(A) y es que tuvo miedo de decir: «Es mi mujer», al pensar que tal vez los hombres del lugar lo matarían por causa de Rebeca, pues ella era de hermoso aspecto.

Después de que él estuvo allí muchos días, sucedió que Abimelec, el rey de los filisteos, al asomarse por una ventana vio que Isaac acariciaba a Rebeca, su mujer. Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo:

«¿Así que en realidad ella es tu mujer? ¿Por qué, entonces, dijiste que era tu hermana?»

Isaac le respondió:

«Es que pensé: “Tal vez por causa de ella puedo morir.”»

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